“La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces” (Proverbio persa)Un año más. El tiempo corre que vuela. Ni sé ya las vendimias que llevo. Ni me acuerdo ya cuántos post de 'finales de vendimia' llevo escritos. No tengo conciencia si me repito o si, como dicen por aquí, “cada año la vendimia es distinta”. Voy a comprar el dicho, aunque sea sólo por una vez. Pues sí. He de decir que esta vendimia ha sido completamente diferente al resto. No es que no me acuerde de una situación similar o que mi memoria comience a dar síntomas de agostamiento (no me lo corrijan que lo he dicho bien). Creo que no. He compartido mis impresiones con otros colegas riojanos y todos apostamos por el... “Esta vez sí. Esta vez esta cosecha del 2015 se ha comportado de manera distinta a otros años”. Aunque los pájaros agoreros ya nos venían informando del adelanto de la vendimia, esta vez sí: el tiempo les ha dado la razón. Vamos que, a ellos, también les ha pillado con el paso cambiado. Que no se lo esperaban tampoco. Creo, mejor dicho, afirmo que este año ha sido el más temprano de los que yo conozco. Jamás la vendimia se había generalizado en Rioja a mediados de septiembre y, mucho menos, que esta generalización en la vendimia se hubiese dado antes por nuestros pagos que en Rioja Baja. Me faltan en este teatrillo los del 'cambio climático' que, poco a poco empezarán a salir como setas...otra vez. También ha ayudado la pre-psicosis de botrytis generalizada y los riesgos de incendios de podridos desmedidos en los que se iban a convertir los viñedos riojanos. Vamos que... ¡el segundo apocalipsis de botrytis estaba al caer! Y como valientes a los que les persigue el diablo, todos a afilar el corquete y a vendimiar. Y en esas que nos metimos. Cierto es que había parcelas y parceladas que, para esas fechas, estaban para vendimiar. Cierto es que los primeros focos de podrido empezaban a enseñar la patita. Y no menos cierto es “que si está, para que vas a esperar”. Cierto. Pero no es menos cierto que, como dice el proverbio que encabeza esta entrada, al final, el esperar, el hacer las cosas con calma -si se puede- generalmente te lleva a un cierto grado de éxito. A qué viene todo esto. Pues, en contra de mis convicciones (¡Ya es hora de que cambies majete!), por una vez, y espero que sin que sirva de precedente, voy a dar una primera opinión de esta cosecha. Creo que esta del 2015 habría que dividirla en dos posibles o futuras calidades: una primera, corta, elaborada con uvas procedentes de esos primeros días de vendimia, quizás con las uvas maduras, algunas otras no, pero con una falta de consistencia que ha dado vinos más ligeros, abiertitos de color y con aromas quizás un poco verdes que, con un poquito de crianza, pueden dar la calidad suficiente para esos vinos jóvenes y críancitas tan ricos de Rioja. Y otra más redonda, más equilibrada, con mayor complejidad, elaborada con uvas recogidas durante el mes de octubre, que nos han dado vinos más serios y elegantes y que, con crianzas en barrica adaptadas, nos darán vinos magníficos en el futuro. No sé como será al final la Calificación Oficial de esta cosecha. Me temo lo habitual. Pero, por ser cierto, que lo es...¡Hombre, mejor que las dos últimas...de calle! Tengo más. Pero creo que es mejor para el siguiente post, donde hablaré de la innovación en esta cosecha de La Rioja Alta, SA, del cómo se puede ser Clásico y estar a la última, y más.... Aquí lo dejo.
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