Es, probablemente, uno de los llamados defectos del vino más comunes y, además, más reconocible incluso por los consumidores menos expertos. Os hablamos del desagradable 'olor a corcho' que en alguna ocasión encontramos al probar un vino y que obliga a la retirada de la botella afectada por ese problema. Pero, ¿sabes cuál es el origen de este mal?
La responsable es una molécula de -difícil- nombre '2,4,6 tricloroanisol' que es más célebre por su abreviatura TCA. Este componente se encuentra en el ambiente y, aunque no es en absoluto nocivo para la salud, su presencia puede contaminar las características de cualquier bebida incluso en reducidísimas cantidades. Pero cuidado ya que el TCA no se encuentra solamente en los tapones de corcho de las botellas. Son uno de los 'focos' esenciales y, por ello, las empresas corcheras están invirtiendo mucho dinero y tiempo en investigarlo y tratar de eliminarlo. Pero, como decimos, hay más orígenes....
Por ejemplo, el uso de cloro (lejías) para la desinfección de las bodegas. El cloro se une con los fenoles formándose estos dañinos compuestos. Esta es la razón por la que en la gran mayoría de bodegas se evita al máximo el uso del cloro a pesar de que se trata de uno de los mejores -y más baratos- desinfectantes.
Otro de los posibles orígenes puede ser la introducción en las bodegas, por descuido, de precursores de TCA a partir de las maderas: techos, durmientes, barricas, cuñas para sujetar las barricas, etc... Las maderas, para evitar que desarrollaran hongos, eran tratadas con unos fungicidas muy eficaces y económicos hechos a base de cloro, que eran clorofenoles. En ambientes con cierta humedad, los hongos se defienden de estos compuestos transformándolos en otros (tricloroanisoles, pentacloroanisoles,...). De esta forma no son tóxicos para ellos pero, al ser compuestos con gran volatilidad, se distribuyen por toda la bodega mediante las corrientes de aire y son capaces de impregnar incluso el hormigón.
Por esta razón las bodegas, antes de meter madera en nuestras instalaciones, nos aseguramos que está absolutamente libre de TCA y que no ha sido tratada con estos compuestos. Exactamente igual que ocurre con cualquier material auxiliar que accede a la bodega: cartón, pinturas, etc...
En algunas ocasiones el TCA es confundido con otro defecto llamado 'brett' que procede de una levadura llamada 'brettanomyces' presente en la viña y el vino, donde producen unos compuestos (4-etilfenoles) que dan un aromas a sudor de caballo, cuero mal curado, animal, cloaca, establo...
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