Este 2024 será un año muy especial para uno de nuestros vinos más emblemáticos ya que celebrarmos los primeros 50 años de vida de Viña Arana, referencia que desde su primera cosecha en el mercado (1969) sustituyó al célebre ‘Sexto Año’ que llevábamos décadas elaborando.
Un vino que tomó su nombre del entonces vicepresidente D. José María de Arana y Aizpurua y que, desde sus inicios, se convirtió en uno de los principales representantes del estilo singular de aquellas históricas elaboraciones de la zona de Haro y que los bordeleses que trabajaron en las bodegas llamaron ‘Rioja Claret’ diferenciándolo de los ‘tintos’ recios elaborados mediante la mezcla de los vinos de la ribera baja y navarra del río Ebro.
Cinco décadas en las que Viña Arana pasó de presentarse como ‘Crianza de Rioja’ en su contraetiqueta -cuando aún no existían los términos Reserva y Gran Reserva- a ‘Reserva de Rioja’ en 1979, categoría que mantuvo hasta la añada 2012, la primera en la que apostamos por elevarlo a Gran Reserva, convirtiéndonos así en la única bodega española con tres vinos Gran Reserva en su portfolio de elaboraciones, complementando así a los célebres Gran Reserva 890 y Gran Reserva 904.
En palabras de Julio Sáenz, nuestro Enólogo, “Viña Arana siempre ha mantenido constantes y en permanente evolución sus señas de identidad, aun cuando el mercado internacional, especialmente en los años 90, apostaba claramente otro estilo de vinos con más color, alcohol, fruta madura y barrica nueva”. “Su elegancia, sedosidad, suave acidez y su extraordinaria capacidad de guarda son los mimbres esenciales por los que siempre ha sobresalido y que le permiten formar parte hoy de una categoría -Gran Reserva- que ha hecho a los vinos de Rioja mundialmente ensalzados y demandados” asegura Sáenz.
Este 50 aniversario, que conmemoraremos con diversos actos y acciones a lo largo del año, coincide con el reciente lanzamiento de la cosecha 2016 de Viña Arana Gran Reserva. Se trata, en palabras de nuestro Director Técnico, de “una magnífica añada para disfrutar y comprender la tipicidad, profundidad y persistencia de un Clásico de Rioja del siglo XXI”. Un vino elaborado con un 95% de uvas Tempranillo y un 5% de Graciano de fincas propiedad de La Rioja Alta, S.A. en Rodezno y Fuenmayor.